Viola se aferra a mi mano mientras su tamaño se encoge, su mirada es más profunda – me seguiste por kareydanel y llegaste al reino mortal – ella asiente – pero llegaste antes que yo. Mio* Siento que fue hace una eternidad que escuché ese siseo, mi pequeña Viola, su tamaño sigue encogiéndose y se aferra a mi brazo metiéndose dentro de la manga de mi vestido, de vuelta en la habitación puedo sentir la forma en que Viola se acomoda en rededor de mi hombro, está descansando. ¡Fue una larga espera!, lo fue para mí también. – ¡Cariño! – dice mi madre y abre la puerta, supongo que Sombra fue muy ruidoso – ¡por el patio de Verium! – retrocede asombrada frente al relinchido. Watson se quita los anteojos, los limpia y vuelve a ponérselos – ¿cómo metiste un caballo a tu habitación? Bueno, ¡no l

