Las flamas a su alrededor crecían, la tierra se abría y dentro, lo que surgía era lava. A medida que los minutos pasaban los movimientos de Caos se volvían más certeros, pero había algo en ellos que era diferente, la forma en que sostenía la lanza, el estilo tan perfeccionado y elegante, similar a la forma en que Tempestad sostenía su arco, los movimientos salvajes como los de Odio, la pausa entre cada ataque y el movimiento de su cabeza. Retoño conocía esa sensación porque la había vivido y tenía una frase para describirla. ¡Mirar ojos que no ven! Odio siempre tenía la vista al frente porque ella no lo miraba con sus ojos, lo hacía con los elementales en el techo, no importaba hacia dónde girará su cabeza ella tenía un enfoque de cuatro esquinas por eso todos sus movimientos se antici

