La parasomnia de un dios (6)

2182 Palabras

Me siento molesta, extraña y al mismo tiempo, un poco aliviada. La primera alma en mi mano es Sinda, la otra es del hijo que estaba esperando, suyo y de mi hermano Lujuria, no pude separarlas, así que le di las dos a Retoño y él las trajo consigo al reino mortal. Esto explica por qué la flecha oscilaba y por qué Narciso notaba cuando nosotras cambiábamos, Sinda solo conoció a la mitad de mi alma, la otra mitad le era desconocida. La mano de Retoño toca me mejilla y por inercia sujeto sus dedos – eres un idiota. Cierro la brújula y me doy la vuelta en la cama para mirarlo y antes de tener una discusión importante – vístete. Se sienta – no. – ¡Vístete!, fue una orden. – Lo sé, te escuché y dije que no – sonríe. – Otoño tiene razón, ríes igual que Tempestad, ¡deja de hacerlo! – sujeto

Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR