El día ha pasado, pero sigo pensando en Hanna, en sus ojos, su hermoso rostro y todo el amor que viviría en mí siempre por ella. Vamos al bar – dice Roberto mientras esperamos el elevador, pero no tengo ánimos de ir a tomar, solo quiero volver a verla una vez mas Estoy cansado, quiero ir a mi departamento y tratar de dormir. – digo y de pronto siento unas manos tapar mis ojos Adivina quién soy – dice con su voz llena de pasión, me quito sus manos de los ojos y la miro, es Renata, me mira con coquetería y Roberto sonríe con picardía. Renata trabaja como modelo de Luigi desde hace varios meses, en los cuales aprovecha cualquier oportunidad para acercarse a mí, y aunque le he dejado claro que no me interesa nadie, parece que no se da por vencida. Roberto por supuesto, quiere que me dé un