... - No creí que necesitaras escuchar mi voz tan pronto – dice ella del otro lado de la línea haciendo que todas mis preocupaciones se esfumen de inmediato. - ¿Dónde estás? – pregunto girando la silla para ver el jardín. - A punto de subirme al avión – responde ella sonriendo – tengo que atender un asunto en Mónaco. ¿pasa algo? – pregunta ella en tono preocupado. - No te preocupes, nada que no podamos solucionar – respondo haciéndola reír algo que me alegra por completo. - Te espero en Mónaco y hablamos – responde ella haciéndome sonreír mientras me doy vuelta enviándole un mensaje al piloto. - Allí estaré cuando llegues – respondo escuchándola reír. - Era broma – dice ella - Pero yo hablo enserio – respondo poniéndome de pie para ir en busca de Santiago. – te veo en un rato. - Má