CAPÍTULO 34.

2061 Palabras

—No sabes lo preocupado que estaba mi tío por ti —dice con un suspiro dramático Atenea mientras compartimos la cena junto a su esposo, Kostas y Altas. La mesa se ha dispuesto en el balcón con vistas a la ciudad. —Puedo imaginarlo —murmuro removiendo mi comida sin mucho ánimo. Cuando Lois fue a mi taller para avisarme que Kostas me necesitaba arriba porque su sobrina y esposo estaban subiendo, sabía que sería una cena horrible. Detesto a la mujer, es una completa mustia. —Olympia nos dio un buen susto, pero ya está bien y no podríamos estar más agradecidos porque sea de esa manera —espeta Kostas alargando su mano antes de posarla sobre la mía. —No sé qué haría sin ella. Cuando creo que Kostas no puede ser más cínico, me sorprende subiendo un escalón más. —Ay, ¡qué tierno! —alaba la es

Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR