POV. AMELIA. «Tu adorado Roman, no es más que un delincuente. El cáncer de esta ciudad». Las palabras de Julián resuenan en mi mente. Se abren paso en mi pecho, impidiéndome respirar y hacen que las lágrimas bajen en silencio. El momento en que lo vi de pie en ese sótano apuntando a Larsen y Julián pude ver una parte de Roman que él había mantenido oculta. Aunque una parte de mí sabía que Roman ocultaba algo, jamás imaginé que era algo como eso. —¡Amelia! —Papá entra a la habitación de hospital donde me tiene en observación. Detrás de él me sorprendió al ver a Olympia. Mis lágrimas siguen corriendo ahora por poder tenerla conmigo ahora cuando necesito de ella. —Cariño, estaba tan preocupado, ¿estás bien? —Acuna mi rostro mientras asiento intentando que se tranquilice. —Estoy bien— m