Ya se decidió al fin después de mucho tiempo, a menos que me pida otra cosa como lo de anoche. Si es así, de inmediato me voy a rehusar. Al principio creí que tendríamos sexo cuando me comentó que anotara en un pedazo de papel lo que me diría, en cambio, solo me envió a comprar tampones y chocolates porque estaba en sus días. Me levanto y me dirijo al baño, me preparo lo más pronto que puedo y paso por la habitación de Estefanía para poder complacerla cuando la lleve al centro comercial. Adoro a mi hermana, la quiero mucho, pero no como mi hermano Alex, que la mima como una niña de diez cuando ya es una mujer. —Gabriel, primero quiero sushi, después iremos a una tienda de artículos viejos —informa con emoción. Me toma de la mano y la entrelaza como es costumbre. Estefanía tiene diecinu