La casa está rodeada por un inmenso bosque y es más grande que nuestra residencia principal, ya que todos los miembros Hoffman se reúnen aquí. —¿Cómo que las vísperas? ¿Me estás diciendo que dentro de un mes ellos vendrán aquí y nosotros los recibiremos? —Posiblemente. Bajo del auto para sacar las maletas. —¡Sí! ¡Estaremos en una fiesta! —grita Raquel, emocionada. —¿Qué te preocupa? A Raquel le gusta la idea. —Sí, pero deberían conocerme en nuestra boda, no antes —reprocha. —Mía, deja de preocuparte por todo. Además, sea antes o después, es lo mismo, ¿no crees? Cierro el maletero y llamo a uno de los empleados para que lleve todas las maletas adentro. —¿Quieren conocer las albercas? —les inquiero. —¡Sí! ¡Vamos, Mía! —Raquel, espera… Sin poder oponerse, es arrastrada por su herm

