Alguna vez…

981 Palabras
*capítulo extra narrado desde la perspectiva de Andrey* Alguna ves te haz preguntado, si, ¿valdrá la pena el sacrificio que hace cada elemento del Ejército ? ¿Vale la pena estar lejos de casa, tratar de ser sobrehumano ante el clima, la necesidad y el esfuerzo que se exige? ¿Vale la pena arriesgar la vida por quien no se conoce y o por quienes muchas veces nos desprecian? ¿Vale la pena luchar ante este problema de seguridad? problema que es responsabilidad de otros y de la cual no es mas que defender al pueblo del propio pueblo. Esas preguntas queda a criterio de cada quien, nosotros sabemos que para tener paz hay que pagar un precio muy caro del cual orgullosamente estamos dispuestos a pagar y ese precio es morir por la tierra que nos vio crecer y por su gente sea como sea. Al final de cuentas, es la gente la que hace que valga o no la pena o mejor dicho, la que decide si vale o no. Por que si se valora así misma y valora el esfuerzo de los demás, hará cosas buenas y no le dará mala fama a su país, por el contrario lo enaltecerá a su nación, sera alguien que vale mucho y claro que vale la pena. Pero si es gente que se evalúa y sabe que no es merecedor de que alguien haga algo por el, solo sera un hablador, uno mas que ensuciara el trabajo y esfuerzo de los demás con o sin uniforme. Uno mas que no vale la pena y no valora en lo mas mínimo el esfuerzo de los que de verdad tratan de hacer algo. Ahora pregunatate a ti mismo ¿Valgo la pena por como soy? ¿Valdrá la pena que ellos lo intenten por mi o por las personas a mi alrededor? Muchos no lo entienden, pero nos educan para amar. Ser soldado de tierra, mar y aire, no es producto de la casualidad. Es genético. Debe gustarte el orden, la disciplina y la aventura. Ser militar, no es sinónimo de riqueza. Es sinónimo de vivir una vida con lo necesario, aún cuando eso incluye a tu familia. Ser militar no es sinónimo de lujos. Hay muchas limitaciones, sacrificios e incomodidades en el desarrollo de tu vida profesional, levantarte todos los días antes que todo el mundo, dejar la comodidad de tu cama por el frío matutino o por los zancudos ávidos de desayunarte, para saludar el amanecer y la bandera con tu sudor. Para ser militar, debe comprenderse que nada vendrá fácil ni gratis. Antes de marchar, debes aprender a caminar bien. Antes de caminar, debes ganártelo corriendo. Antes de mandar, debes aprender a obedecer. Y, cuando te haces viejo y tu desempeño se va apartando de las largas marchas, patrullas en el mar, cielo, ríos y tierra y del mando de hombres más jóvenes, te encuentras con que tu tiempo personal desaparece poco a poco y que tu responsabilidad se duplica, triplica y quintuplica, todo para colaborar en el planeamiento que permitirá un mejor empleo de los recursos que el Estado te asigna. La vida militar hace que veas las cosas de otra forma, todo es difícil y a la vez es fácil. Difícil es aguantar el adiestramiento, a veces los golpes  que te llegas a dar, y  hacer como que no paso nada. Difícil es despedirte de tu madre, de tu familia, a veces por fuera ellos creen que no les importa, por dentro no se dan cuenta de que nos esta cargando el dolor  cada vez que decimos adiós, cuando dejas a tus hijos, a tu mujer, a tu familia  Difícil es pasar días sin comer, sin dormir y el clima que por mas abrigado que estés se te congelan los dedos o por muy aligerado que quieras andar tu equipamiento te va a convertir en un horno de 2 patas. Y lo fácil que es... Fácil es irte, despedirte solo diciendo adiós. Fácil es que la gente te reclame errores que otros cometieron, pero que debes de pagar por ellos. Fácil es creer que nada malo pasara en medio de un enfrentamiento, pero… tan fácil que es morir. Tan gracioso es creer que la muerte es la amiga que todos tenemos a un lado, siempre  acompañándonos Cuando las personas se enlelan en el Televisor viendo un partido, una novela o cualquier otra cosa, afuera un compañero se arrastra en el lodo, afuera están las balas ¡Son gratis!  tendremos que ir por unas cuantas ya que en esta vida nada es gratis, y hay que aprovechar. No me arrepiento de ser como soy, y de ser quien soy, me enorgullece ser  portador de mi uniforme con honor, me enorgullece haber conocido a compañeros que dieron su ultimo aliento por mi país, muchos de ellos anhelaban ser esposos, ser padres, y otros solo querían regresar a casa. Pero no tuvieron la suerte que yo, hoy me pregunto ¿por que de entre tantos no me toco a mi? Bien dice el dicho "de la guerra regresaran los que pensaron que morirían y morirán los que creyeron que regresarían" Que fácil son las cosas. No me arrepiento de haber apuntado con mi amiga, esposa y amante (Fusil) a un cobarde, que solo quiere dinero sin importar que miles de inocentes paguen por su capricho. Tenemos una vida, una sola oportunidad y escogimos la milicia, vivir luchar y morir por personas que a veces no merecen un dedo de ayuda pero que le dieron sentido a esta lucha. Este país me dio una vida y me dio la oportunidad de recibir una bala como medalla, orgullosamente presumiré hoy y mañana las memorias y sueños de mis compañeros que dieron su vida por este país, que dieron su esfuerzo y su tiempo pero que no tuvieron la suerte que hoy tengo. 
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR