La observo acostada a mi lado con su respiración agitada y con su mirada fija en la mía, ella me sonríe y yo solo puedo corresponder a su gesto. Estiro mi mano para atraerla hacia mí, y ella no pone ninguna resistencia, por el contrario, coloca su brazo sobre mi pecho y me abraza fuertemente. —¿Te encuentras bien cariño? —le pregunto besando su frente. Ella me mira, se ríe y luego apoya sus codos sobre el colchón para poder levantarse un poco y verme mejor. —¿Por qué no me encontraría bien? —cuestiona divertida. —Es que quizás... no sé, tal vez te hayas arrepentido... —comento un poco nervioso. —Para nada, es la mejor decisión que he tomado en mi vida. Te voy a confesar algo —advierte sonriente. —¿Qué cosa mi amor? —Sabes... sin saber quién eras en mi vida antes, aquel día que te v