38. ÓPERA Y MAFIA

2228 Palabras
Max Estos días han sido memorables junto Ares, con quien afiancé una amistad y más después de aquella conversación en el parque, vivimos muchas otras cosas en Bremen, hablamos más sobre nosotros y el sexo entre los tres siempre era bueno, pero rápidamente llegó el día en que debíamos partir y ellos me lo hicieron saber cuando tomábamos un baño los tres, dándome la noticia que saldríamos de viaje para un evento importante y querían que fuera con ellos, a lo cual obviamente accedí, solo que no esperaba el tipo de gente que nos encontraríamos y la nueva aventura en la que estaríamos. Una vez salimos del baño, Ares me entrega un traje de tres piezas azul marino en lo que él viste uno igual en gris oscuro que lo hace ver muy seductor e imponente y más con los ojos azul grisáceos que tiene, lo que me hace entender mejor el gusto de Ragnar por los hombres. Ya arreglados, salimos a la sala donde esperamos a Rag la cual no tarda mucho en salir, puesto que fue a otra habitación que él le indicó para cambiarse, no obstante, quedo sin palabras al verla con un hermoso vestido borgoña de hombros caídos, corte sirena y un labial rojo resaltando más su belleza. Tomo su mano para darle una vuelta sin quitar la sonrisa de mi rostro, beso sus dedos, luego su muñeca y me acerco a sus labios rodeando su cintura. —L’inferno del diavolo —murmuro y la beso suavemente provocando un bello sonrojo. —Tú no estás nada mal D’porti, deberías usar más seguido esos trajes —comenta seductora. —Lo haría, pero perdería el encanto si lo vuelvo un hábito. Con todo listo, salimos en un lujoso auto hasta el hangar donde ya estaba el avión esperando por nosotros, saludamos al personal y nos acomodamos en nuestros puestos, una vez estamos en el aire viene una azafata con unas copas de whisky para los tres y seguimos en nuestra charla. —Por cierto ¿a dónde vamos? —los dos me miran con una sonrisa de complicidad. —Vamos camino a Berlín para un evento importante. Asentí con mi cabeza, pero evité hacer más preguntas, tuve una extraña sensación al escuchar esas palabras era como un mal presentimiento, aunque no dije nada, supongo que es por todo lo ocurrido en Bonn, así que ignoro todo y solo disfruto de la compañía cambiando de tema por algo más trivial. Aterrizamos una hora después, subimos a una limosina rumbo a la Ópera Alemana de Berlín donde veríamos El sueño de una noche de verano y luego pasaríamos a la ceremonia de celebración con los de la alta sociedad. Ares y yo salimos de la limosina, ayudo a mi radiante noche a bajar como buen caballero y nos dirigimos al interior de la ópera quedando en un salón con cientos de personas más. Escuchamos la voz de una mujer muy hermosa, está con un vestido champagne y escote en forma de corazón, tiene el cabello castaño, ojos miel, tez blanca y facciones delicadas. —Pensé que no llegarías Ares ya me estabas preocupando —comenta alegre. —Disculpa la demora, pero estaba atendiendo a mis invitados. —Bueno, al menos no me dejaste abandonada en este lugar. —Me ofendes preciosa, no te dejaría plantada y menos con ese hermoso vestido, pero permíteme presentarte, ella es Ragnar Wintar y el Señor Massimo D’Porti, ella es Sasha Richter —estrechamos nuestras manos cordiales y ella nos recibe muy cortés. En ese instante escuchamos el anuncio para ingresar, seguimos a Ares y Sasha hasta llegar a la zona de los palcos donde se puede apreciar que los que están con nosotros son personas de alto nivel. Todos se ven alegres por el evento, aunque me siento un poco incómodo, nunca estuve en eventos de este tipo y aunque conozco a muchas personas con poder, fueron bajo circunstancias muy diferentes, esto en cambio parece un teatro donde nosotros somos los actores. —Max, no te enfoques en ellos solo disfruta la función y cuando termine no vayas a levantarte hasta que yo te indique, pero no esperes que te explique esta vez porque no tengo respuestas, en estos eventos las sorpresas son el espectáculo. —Está bien. No sé si preocuparme por esas palabras, pero decido hacer caso a ellas. De esa forma pasa el tiempo, a veces me siento incómodo y en otras me pierdo en la historia. En un momento giro mi rostro perdiéndome en el de ella quien ve la función muy ilusoria, incluso una sutil sonrisa nostálgica se dibuja en sus labios. —¿Ocurre algo noche? —Nada malo, es solo que recordé algo. —¿Qué cosa? —pregunto al ver que ella sigue sin apartar la vista del escenario. —La función de esta noche está dirigida por Alonso Solokov, recuerdo que la primera vez que lo vi fue en Suecia hace muchos años, aunque en aquel entonces hizo su debut como bailarín ganándose la admiración de todos y verlo ahora convertido en director me hace pensar en muchas cosas. Sé que hay más en esa historia, pero no quise preguntar al ver que en verdad estaba feliz recordando ese momento. Así, enlacé su mano con la mía dejando un beso en el dorso de esta y es cuando ella me regala su brillante mirada alegrándome por completo y calmando esta sensación en mi pecho. —Gracias por traerme y compartir esto conmigo. —No es que lo tuviese planeado. —No importa, igual gracias. Nos besamos con intenso amor y dejé una caricia en su mejilla para después seguir disfrutando de la presentación como debía ser. Al finalizar, veo que todos van saliendo del lugar menos los que se encuentran con nosotros, los cuales están conversando mientras nos sirven champagne. Pasan alrededor de diez minutos después que todos han salido y ella me da la señal para levantarnos, nos dirigimos por un pasillo diferente al que entramos y llegamos a un salón muy lujoso con mesas llenas de bocadillos y algunas barras de bebidas. Una pareja sube a una tarima dando a los presentes la bienvenida y a disfrutar de la velada, de pronto las luces cambian de intensidad siendo más suaves y se retiran unas cortinas de los costados mostrando unos ventanales con una mesa pequeña y una caja negra. —Por lo visto esta noche las cosas estarán más movidas de lo que pensé. Menciona Ares que aparece a nuestro lado con Sasha, él y Rag están un poco serios, lo que me desconcierta más, pero creo que tiene que ver con el asunto por el cual hemos venido, aunque ninguno me ha querido decir nada al respecto. Miro a mi alrededor fijándome en todas las personas que nos acompañan cuando creo ver a alguien conocido, espero un poco a que gire su rostro y cuando me aseguro que sí es, mi cuerpo se tensa haciendo reaccionar a Ragnar. Por un momento creí que no lo era y la verdad sigo queriendo eso, pero aun cuando ahora tenga el cabello rubio y muy corto; ese rostro no podría olvidarlo nunca, en especial sus ojos azules que entre su mirada altiva, seductora y perversa hiela mi carne de la peor manera. —¿Qué ocurre Max? —¿Conoces a la mujer de vestido rojo junto a la tarima? —pregunto para confirmar lo que ya sé. —Sí, es Kathya Gorsky ¿por qué? —maldita sea mi suerte. Trago saliva con dificultad y mi agarre en su brazo se hace más firme. —La conocí en Washington en un evento de la universidad, empezó a tener un extraño interés por mí así que la rechacé y para mi mala fortuna terminó apareciendo esa misma noche en la colina de Alá, ella me reconoció y como debía dar una presentación pagó una suma exorbitante para estar conmigo, desde entonces ha estado como obsesionada, no lo sé es raro, me genera una mala vibra. En realidad me genera más que eso, pero no se lo diría a Ragnar, no aquí. —Y con razón, justo atrajiste un problema mayúsculo. Ares, cambio de planes, debemos proceder con el verde. —¿Qué? ¿Por qué? —Kathya Gorsky está aquí y ha escogido a Max como su presa. —Oh mierda... esto no es bueno —murmuró atemorizado. Tres frases cargadas de preocupación y eso bastó para aumentar mi temor, solo espero que no se repita la historia, o peor, que continúe, la verdad no creo poder soportarlo otra vez. Ares Kathya Gorsky no es precisamente la clase de mujer que deseas tener de enemiga, pero si hay algo peor que eso es que te escoja como presa. Ella es conocida como la mantis religiosa en nuestro mundo, puesto que le encanta torturar hasta la muerte mientras tiene sexo con sus víctimas y saber que ha escogido a Max no puede ser bueno, menos retarla en su territorio, si las cosas están a este nivel debemos protegerlo como sea. —Rag, creo que lo mejor será hacer esa llamada para prevenir, por ahora debemos mantenerlo alejado de ella. —Muy tarde, ya nos vio y viene para acá —dice Max un poco nervioso. —Max, pase lo que pase no te alejes de nosotros. Rag y yo nos ponemos a cada lado de él intentando protegerlo en lo que ella se va acercando. —Parece que esta noche va mejorando, viejos conocidos, los muertos resucitando y los sueños haciéndose realidad —dice la víbora de Kathya mirando a cada uno e intentando tocar a Max, lo que nos pone en alerta a Rag y a mí. —Qué placer volver a verte Massimo, no creí que te encontraría en Alemania y menos esta noche. —Sí, la vida tiene una manera de actuar única. Max hace un esfuerzo por mantenerse firme, pero se le puede ver muy nervioso, algo pasó entre ellos y si fue con Kathya nada bueno debió ser. —Tan encantador como siempre Massimo y qué extraño verte en estos lugares Wintar, ¿acaso no quedaron las cosas acordadas hace años? Dime ¿Qué haces en Berlín? —Quizás lo mismo que tú y ahora tengo planes adicionales. —Será mejor que no te metas donde no te han llamado Wintar o las cosas terminarán muy mal. —Lo interesante sería que sepas que me han llamado y si las cosas terminan mal, no será por mí. No sé cuál de las dos se quiere ir sobre la otra primero, pero espero que mi Kätzchen mantenga la compostura o esto se saldrá de control. —Seguro… —murmura. —Sasha querida, no sabía que tenías estos gustos tan corrientes en amistades, tu padre estará decepcionado. Ella solo baja la cabeza, sabe que no puede contra Kathya y menos con el terror que le tiene. —Massimo querido, sería un honor que aceptaras cenar conmigo para hablar en privado. —Gracias Sra. Gorsky, pero deberé rechazar la oferta, por el momento me encuentro en Alemania para atender otros asuntos y solamente fui invitado a la ópera esta noche por un viejo amigo que me trajo aquí, y bueno, conociendo nuevas amistades como puede ver. —Querido, dime Kathya por favor y ten cuidado con las amistades que te presentan, eres un hombre de clase y estatus, debes escoger bien a tus amigos. —Gracias Sra. Gorsky, tomaré en cuenta sus palabras. —Bueno, me retiro, espero que lo pienses y aceptes la cena Massimo, aquí tienes mi número por si cambias de parecer y mi oferta de Washington sigue en pie por si la deseas, con permiso. Una vez está lejos nos quedamos mirando a Max, no sé cuál de los dos está más furioso, pero me alegro de no haber matado a Anykka para que mi Kätzchen y yo podamos desquitarnos por lo que acaba de pasar. Max se ve muy nervioso por lo ocurrido, supo disimular muy bien, pero está que no puede más, algo esconde y vamos a averiguarlo. Buscamos un lugar apartado, por desgracia no podemos irnos hasta concretar la cita con esa persona y lo peor es que hasta ahora no se ha presentado, las cosas están demasiado tensas entre nosotros y si seguimos así realmente puede acabar muy mal. Me alejo un instante de ellos para hacer esa llamada y acudir a la única persona que puede ayudarme en este momento. —¿Ares? qué extraño que me llames a esta hora. —Lo sé y sabes que no lo haría si no fuese importante, pero te necesito, o más bien, te necesitamos. —¿Qué ocurre? —D’Porti y Wintar están en Berlín conmigo y Sasha, nos encontramos en la ópera, lo peor es que Kathya Gorsky nos tiene entre ojos. —Maldición ¿Qué hace ella aquí? —Larga historia ¿Cuento contigo? —Carta blanca para todos Ares. Al colgar, miro a Rag y paso mi mano por mi muñeca, así que ya sabe el precio, ahora debemos encontrar como sea a ese sujeto y concretar la cita antes de que él llegue, o peor, que Kathya haga su movimiento y se lleve a Max, pues dudo que espere esa llamada, antes fue una suerte que no lo siguiera en Washington.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR