Dos años después Ragnar Ingreso a la habitación de Lily quien se encuentra profundamente dormida, ya tiene un poco más de color en sus mejillas a diferencia de esta tarde que se veía muy mal. Acaricio su dulce rostro en lo que va abriendo los ojos de a poco, pero sus bellas esmeraldas relucen muy tristes nuevamente ante mí. —Hola cariño, dormiste toda la tarde ¿Te sientes mejor para cenar? —Sí, creo que sí ¿Qué hora es? —Son las siete, te veías bastante pálida y por eso preferí dejarte descansar. —Gracias, sí me gustaría comer un poco, prácticamente mi almuerzo se fue por el caño —responde decaída. —Lily, sabes que puedes confiar en mí y que pase lo que pase siempre estaré para ti, no lo olvides cariño —digo con suavidad pese a no desaparecer la punzada en mi pecho. —Anda, vamos a