Caro volvió a ver al hombre, aunque fue algo borroso de pasada . . .
Eso la desacomodó y su intranquilidad volvió . . .
— ¡ Es él !, estoy segura que es él . . . — La chica quería ir corriendo tras el hombre que la salvó en la piscina, ella creía que era el hombre que busco por tanto tiempo . . .
— ¿ Estás segura de que es quien ? — Sus amigas la detuvieron y trataron de entender que era lo que su amiga le quería decir . . .
Se había vuelto loca sin razón, y ahora quería perseguir a alguien desconocido . . .
— Lía, escúchame, debes dejarme ir, es él, te juro que está vez si es él . . . Es ese maldito . . . —
Lía no la dejo ir a ningún lado y en cambio la sostuvo fuertemente . . .
— ¿ Es él ?, ¿ estás segura ?, haber . . . ¿ No decías que era Matty ?, ¿ cuántos más piensas que es él ?, ¿ Que tal. posible es que un hombre que ni te recuerdas bien aparezca de Milán, aquí . . . — Lía se sintió irritada . . .
Caro la miro con ganas de tirarla a la piscina . . .
— Lía, ¿ Que clase de pregunta es esa ?, ¿ Vienes de Milán no ? . . . —
En realidad Caro tenía razón, todo era muy posible, pero sería demasiada coincidencia . . .
— Vale, cálmensen todos, ni siquiera nosotras tuvimos tiempo de ver quién era . . . Vamos a casa y luego podemos pensar con calma . . .— Camí era la más sensata en este tipo de ocasiones . . .
Caro respiro profundo y luego se fue seguida por sus amigas . . .
Matty que estaba a un lado con las bebidas en sus manos, solo reaccionó cuando las chicas se fueron . . .
— ¿ Alguien puede decirme que está sucediendo ? — Preguntó confundido . . .
Uno de sus amigos le golpeó la espalda . . .
— Parece que está noche tampoco será . . . —
Matty le entrego una de las bebidas y se pasó los dedos por sus labios jugosos, luego se bebió de un solo sorbo su bebida . . .
— Tengo 5 años, ni hay problema . . . — Respondió el chico con una mirada maquiavélica y oscura, era una proyección espectacular desde sus perlas grises . . .
Las chicas llegaron a la mansión Belterry, sin pensarlo corrieron a la habitación de Caro . . .
La señora Lu, es la ama de llaves, por lo que supo cuando las chicas llegaron . . .
En realidad fue una sorpresa muy agradable, ver que sus chicas llega an temprano y le obedecieron, fue gran sorpresa . . .
Pero como siempre todo era malo, ahora pensaba que algo les debió de haber pasado, las madres podían ser todas una brujas, adivinaban todo por suposiciones . . .
— Habla . . . — Lía le exigió mientras sacaba ropa para Caro . . .
Caro seguía perdida en su pensamientos, trataba de recordar todo con calidad y no podía . . .
— Vale, cámbiate primero y pediremos té para las 3, luego nos cuentas cuando te calmes . . . — Camí fue y alistó la tina para Caro, luego le hizo entrar . . .
Caro parecía como si le hubieran chupado el alma y le hubieran dejado el mero cuerpo . . .
Caro hizo todo y luego se metió en la cama, tomaron té en silencio, cuando ya no pudieron soportarlo más, fue Camí la que pregunto . . .
— ¿ Hablas del hombre al que le diste tu primera vez ? . . . —
Caro mando sus pipas a la porra y le cayó la boca a su amiga . . .
— Cállate, ese maldito . . . ¡ Arrrg ! . . . — La chica se aloco su ya loco cabello y cerró sus ojos con fuerza . . .
— Solo puedo recordar el color de sus ojos, lo demás es olvidado para mí, el problema es que sus ojos también son del mismo color de los ojos del niño que me salvó en el accidente y me dejó abandonada . . . Chicas me voy a volver loca ¿ Cuántos hombres existen con estos mismos color de ojos ? . . . —
Cuando Caro sufrió el accidente con sus padres, solo tenía ojos años, su pierna había quedado atrapada, así que ella solo pudo sentarse bajo la lluvia y llorar de dolor y más dolor, físico y mental, ella le dolía literal todo, cuerpo y alma . . .
Ese niño llegó hasta ella y le dijo . . .
" No te preocupes, yo te salvaré y nunca te dejare sola . . . — Era tan solo una niña y sus ojos estaban nublados por el llanto y la fuerte lluvia, además era un día lleno de niebla en la vía, solo los ojos de aquel joven que la salvó fue suficiente para iluminar un poco su corazón . . .
Fue una lastima que este niño no cumplió su promesa, porque luego desapareció . . .
Al momento ella fue acogida por el bienestar de protección mientras identificaban a las personas que iban con ellas y sus familiares, pero Caro se escapó para ir en busca del joven que la recato . . .
Vivió en Milán por mucho tiempo, que fue el lugar donde sus padres y ella tuvieron el accidente, y fue donde Caro conoció a la pequeña Lía, se hicieron amigas y la llevo a su casa . . .
Sin embargo Caro se volvió una chica rebelde, se comunicó con sus abuelos y siempre le dijo que estaba bien, ellos le enviaban dinero y ella solo lo malgastaba, pero siempre que enviaban a buscarla, Caro desaparecía y resultaba en nuevas ubicaciones . . .
Luego a los 10 años, era más rebelde, sus tíos y nuevos padres adoptivos la trataban con mucho amor, pensaban que era la forma de luchar contra su rebeldía, la chica se calmo por mucho tiempo, pero las pesadillas y los ojos del chico que la rescató aparecían cada noche en su vida . . .
Ella nunca olvido que no podía confiar en los hombres y más aquellos que solo hacían promesas falsas . . .
Para sus dulces 16, Caro decidió volver a Milán, pero fue sola y esa noche ella y Lía que ya tenía 17 años se infiltraron en una discoteca para adultos . . .
Su cuerpo era muy desarrollado, por lo que fácil pasaron por chicas universitarias mayores de edad . . .
Esa noche Caro recordó todo y bebió hasta el cansancio, luego se chico al salir del baño con un hombre del mismo color de ojos del chico que le prometió que nunca la dejaría y la dejo . . .
Solo que esa noche, ella amaneció sentada en la tasa de un sucio baño y . . . Su pureza había desaparecido, no recuerda más que los ojos de ese hombre y luego no recuerda nada más . . .
Por 3 años se ha estado vengando de todos los hombres que conoce con ese color de ojos, pero parecía que nunca era el hombre que buscaba, ahora está a detrás de Matty porque pensaba que era él . . .
¿ Será Matt ese hombre ? . . .
Eso era lo que ella quería saber, quien se llevó su primera vez . . .