- ¡ Sueltame ! . . . - Camí balbuceo cuando se miro interrumpida de un delicioso sueño . . . Y ahora estaba totalmente incómoda entre los brazos de alguien que intentaba despertarla . . . - ¡ Hmmm ! . . . ¡ Déjame ! . . . - Dijo ella nuevamente, pero parecía no encontrar comidas . . . En ese punto, ella solo quería dormir largo y tendido . . . Sus ojos le pesaban tanto que incluso si se forzaba en abrirlos le causaría dolor . . . - Ya, solo duerme . . . - Una voz suave pero profunda, la arrullo como si fuera un bebé . . Como si fuera una orden, la chica no se demoró en quedar dormida nuevamente . . . - Camí, ¿ Por qué insistes en desobedecer ? . . . - La voz del hombre preguntó con un suspiro, pero incluso si lo preguntaba cien veces más en ese momento, no obtendría una respue

