- No lo piensen mucho . . . Yo le dije a mi mami que solía llamarme de esa forma . . . - Dijo el pequeño Adam encogiéndose de hombros y con una voz tan dulce que parecía que nada en la vida era más hermoso que él . . . Los tres adultos, soltaron el aire que no sabían que estaban reteniendo . . . Pero Caro no fue igual, ella miraba al pequeño con una mirada que no se podía descifrar . . . No era una mirada malvada, pero tampoco era una mirada dulce . . . Cristóbal se dio de cuenta, que al parecer el catalizador más fuerte para la memoria de Caro, era su pequeño enjendro . . . Todos tenían su propia forma de querer las cosas . . . Por el lado de Cristóbal, el hombre estaba desesperado por que ella recobre la memoria . . . Aunque ahora era mucho más fácil para el manejarla, la Caro

