En casa de Germán Chervetty, las cosas se habían puesto demasiado calientes . . .
Ninguna de las dos personas en la cama, pudo evitar seguir moviendo sus manos en el cuerpo del otro y la excitación era tanta que el calor no solo prendió la habitación, sino también el cuerpo y los pensamientos de quienes ahora, enredados en la cama,no dejaban de darse placer y emprender una guerra en el que los dos querían demostrar de que estaban hechos . . .
- ¡ Joder nena, estás tan . . . ! . . . - Germán no pudo terminar sus palabras . . .
El hombre llevo dos de sus dedos a la boca de Lía haciendo que su saliva brillará sobre ellos . . .
Luego los bajo rápidamente por el valle desnudo de sus senøs hasta llegar a ese pequeño y rojizo botón de su vulva que la prendía de una forma inigualable . . .
