Declan deja otro beso tierno en los labios de Helena, un roce suave, lleno de calma, pero que enciende algo dentro de ella. Cuando se separan, él la mira en silencio, con esa intensidad que es capaz de desarmar a cualquiera. Luego comienza a desvestirse sin decir una palabra. Su respiración se mezcla con el sonido del agua que sigue cayendo en la bañera. Helena aparta la mirada por un instante y siente un calor diferente recorrerle el cuerpo. No es la primera vez que lo ve desnudo, y sin embargo, la sensación de pudor vuelve a asomarse. No sabe si es por lo íntimo del momento o por el modo en que él la observa, como si fuera lo más hermoso que ha visto en su vida. Cuando ambos quedan completamente desnudos, él le tiende la mano. Helena duda apenas un segundo antes de aceptarla. El contac

