Después de pasear con Sofí, Emilio pensó que era mejor dejar las cosas claras asi que sube a Sofía al auto y se encamina hacia la empresa de Arlette. El auto de Emilio se detiene frente al edificio donde Arlette trabaja. Sofía mira por la ventana sin decir una palabra, con el corazón encogido y la mente llena de preguntas. No entiende del todo por qué él insiste en llevarla allí. Emilio apaga el motor y la observa, serio, con una determinación que casi la incomoda. —¿Estás seguro de que quieres hacer esto? —pregunta ella en voz baja. —Sí —responde Emilio, con firmeza—. Quiero dejar las cosas claras con Arlette. No quiero que nadie piense que la engaño o que juego con su vida. Así tú también estarás bien. Sofía asiente, aunque dentro de sí algo se resiste. Lo sigue, intentando mantener l

