El vuelo transcurre sin incidentes. Alejandro y Emilio apenas intercambian algunas palabras durante el trayecto; ambos están cansados, cada uno con sus pensamientos. Al llegar a la ciudad, se hospedan en un lujoso hotel del centro, uno de esos donde el silencio en los pasillos parece formar parte del servicio.
Después de instalarse, descansan un rato y a la tarde van a su primera reunión con un empresario que termina siendo bastante favorable para De La Vega Group. Emilio confirma que concretó más reuniones para mañana, así que ambos están muy motivados.
A las ocho de la noche, van al restaurante del hotel para cenar. El lugar es elegante, con música suave y luces tenues. Emilio bebe un sorbo de vino y observa a su amigo con una sonrisa tranquila.
—¿Qué te parece la ciudad? —pregunta mi
