Observo la ciudad de Nueva York más allá de la pantalla en la que se lleva a cabo la reunión con los directores de área de nuestro conglomerado, mis padres y abuelo. La videollamada se ha extendido más de lo planeado, pero debemos concretar todo lo relacionado al nuevo funcionamiento de esta sede debido a mi reciente mudanza. - Por el momento la empresa continuará operando desde el mismo lugar – hablo dirigiéndome a mi abuelo que asiente con la cabeza – los empleados que hay en este momento son más que suficientes en lo que encontramos y adecuamos un nuevo lugar. - Con todo respeto señor Korolev – interviene uno de los ejecutivos observándome – ¿no cree que es su decisión podría afectar el funcionamiento del conglomerado? – enarco una ceja observándolo. - No veo por qué

