Lo odio.
¡¡¡Lo ODIO!!!
Eso es en lo único que pienso, en como Derek me hace sentir.
Furiosa.
Enojada.
¿Por qué tenía que aguantarme a aquel idiota? A veces me daba ganas de simplemente irme de esta casa y dejarlo todo atrás… Cuando salgo de la habitación, escucho un fuerte llanto el cual intuyo que se trata de Maia, sin poder evitarlo camino hacía donde creo que se origina el llanto, abro la puerta y me encuentro con su niñera intentando calmarla, Maia, voltea a verme e instantáneamente se calma.
—¿Mamá?
—Hola Maia, ¿Por qué lloras? —pregunto con esa vocecita con la que le hablamos a los niños, me acerco a ella y rápidamente ella extiende sus brasitos para que la alce entre mis brazos.
La alzo entre mis brazos y ella se abraza en mi cuello.
—¡Qué bueno que llego señorita! —me d
