Asiel seguía sin creer que Rita estuviera ahí, pero el calor de su piel, el aroma que desprendía su cabello, todo era tan real. No puede ser un sueño. Pensó. _ ¡¿En verdad estás aquí?!, ¿No estoy soñando? Rita le dio un beso como respuesta. _ Creo que esto es bastante real. Asiel la abrazó con fuerza. _ ¿Tienes alguna misión?, ¿Cuánto tiempo te quedarás? _ No tengo ninguna misión, vine para estar contigo y esta vez no me iré. Asiel deshizo su abrazo, miró a Rita a los ojos y le preguntó. _ ¡¿Hablas en serio?! _ Si, he venido para quedarme. Asiel levantó a Rita del suelo y empezó a darle vueltas, ella le dio golpecitos en el hombro para que la bajara. _ Para, harás que me maree. _ Eso nunca te molesto antes. _ Bueno, ahora las cosas son un poco diferentes. _ ¿A qué te refieres