Harvey creía que tenía el control del matrimonio, así que, cuando descubrió que Danica había manejado el incidente por su cuenta sin pedirle ayuda, la llamó furioso para cuestionarla. Si se tratara del Harvey de hace ocho años, no habría esperado a que ella se rindiera: la habría protegido a toda costa, pero a sus 28 años, ya no era el mismo que a los 20. Danica bajó la mirada, sintiendo cómo sus ojos se humedecían involuntariamente, el silencio en ambos extremos de la línea era abrumador; lo único que se escuchaba eran sus respiraciones. Pasó más de un minuto sin que Harvey dijera una sola palabra. No queriendo esperar más, Danica cortó la llamada, se frotó los ojos húmedos por las lágrimas y no pudo evitar soltar una amarga risa. Se sentía inútil, a pesar de haberse prometido a sí m