Al ver que Danica se mordía el labio y permanecía en silencio, Salvatore soltó una risita burlona y la apartó con fuerza, preparándose para marcharse.
Desesperada, Danica lo detuvo rápidamente, sujetándolo de la mano, Salvatore se tensó, y su mirada se volvió fría y peligrosa.
—¡Suéltame! —espetó.
Danica se mordió el labio.
—Tío Salvatore, ¿de verdad tienes que llevar esto tan lejos?
Salvatore sonrió con frialdad.
—Danica, ¿sabes lo que habría pasado si Cyrus te hubiera encontrado en su despacho?
Danica no conocía la verdadera naturaleza de Cyrus, y aun así se había atrevido a colarse en su despacho. Si Cyrus la hubiese descubierto, podría haber desaparecido sin dejar rastro… algo que ya había ocurrido antes.
Su agarre sobre Salvatore se hizo más fuerte de forma involuntaria, y su
