Pasaron diez semanas y todo iba viento en popa entre Antoine y Brigitte. Eran felices estando con el otro. Disfrutaban de su compañía, de sus ocurrencias y de la alegría que cada uno emanaba. Pero también eran felices separados, pues contaban los minutos que faltaban para volver a verse y hasta el asunto de tener que encontrarse casi secretamente y de que solo Adrién, Martín y sus respectivas parejas, fueran testigos directos de cada una de las novedades. En varias ocasiones Antoine había sido pillado nuevamente con “una chica” que seguían sin saber quién era. En varias ocasiones se habían vuelto a encender sus cuerpos como el día en que formalizaron su relación, pero no pasaba de esas caricias y besos inocentes que uno le daba al otro y que los hacían delirar. Brigitte miraba en secret