Ni bien llegué me dispuse a reiniciar con los casos que tenía pendiente. Ya sin la bota, podía hacer prácticamente cualquier cosa y a pesar de mis días de locura seguía con mi record en la recuperación.
Quería seguir así, ahora más que nunca. Además de ti y de mi familia, quería que mi hijo o hija estuviese orgulloso de mí y por eso me machaqué al máximo para volver a la Corte y concentrarme en mi trabajo, lo más rápido posible.
Pasaba los días recluido en el gimnasio, y revisando estrategias. Lo hacía con alegría, soñando con que un día tú volverías a mí. Tú, la única capaz de luchar por nuestro amor, la única capaz de lograr que yo luchara también.
Pensaba en cómo sería mi hijo. En cómo sería ver mi rostro en pequeñito. En cómo sería verlo en tus brazos.
Ya en la primera semana había
