Antoine
Soñé contigo como cada día. Soñé que todo era posible, una vez más, si yo así lo quería. Normalmente me despertaba agitado, porque siempre aparecía la imagen de Calvin entre nosotros, al final, separándonos y llevándote lejos como si fueses una niña que no podía decidir sola. Esta vez fue distinto. Esta vez, sentí tu perfume y me negué a abrir los ojos por temor a que esto hiciera que todo se arruinara, que ese aroma que parecía tan real, se esfumara, junto con mi sueño.
Sin querer moví mi mano derecha… mis ojos se abrieron de repente: no era un sueño, tú estabas allí, como el día que desperté en el hospital. Era tu piel la que mi piel había tocado. Como siempre, como antes…. Era tu aroma el que me había despertado feliz, como hacía mucho tiempo que no amanecía. ¿Qué hacías allí?
