- ¡Pero no es lo que parecía! - le gritó a Grayson. - Obviamente - lanzó Grayson por encima del hombro mientras tiraba de ella entre la multitud. - Vickie... - Puede cuidar de sí misma - gruñó. Ari nunca le había visto así, sin atender a razones, mientras tiraba de ella bruscamente entre la multitud. Cuando estuvieron a una distancia segura, tiró de ella hacia una limusina que la esperaba. Un conductor que ella no reconoció abrió la puerta y Grayson la empujó dentro. - ¡No vuelvas a empujarme así! - gritó, su voz sonó más fuerte de lo que pretendía dentro de la limusina. - ¿Cuánto has bebido? - Grayson gruñó, sus ojos helados mientras la miraba fijamente. Ari se burló: - Sólo unas copas de vino en el hotel antes de venir - suspiró - . ¡Mira, Grayson! No sé lo que crees que