En Santorini, Grecia, dos mujeres están tumbadas en la mesada de masajes mientras dos caballeros trabajan sus espaldas. Es media tarde y el día está soleado y maravilloso, a pesar de que ya no es época de verano. La brisa ya está bastante fresca afuera, pero eso no impide que se pueda disfrutar de este lugar tan bello y de todo lo que puede ofrecer. Hace exactamente dos semanas que se encuentran en este hotel y están tan fascinadas con el sitio que ni siquiera piensan en volver a México. ¿Para qué? Ya no hay nada allí que les apetezca para volver, al menos no por el momento. —Ese papucho español tenía razón, mami —Gime Isabella, mientras el hombre musculoso pasa sus manos por su espalda. —Estoy tan feliz y relajada aquí que no pienso siquiera en volver a casa. Grecia es el paraíso en la