SANTIAGO... Observo la camioneta irse sintiendo una fuerte opresión en el pecho. Después de quince años sigue haciendo que mi interior se estremezca. Vuelvo a entrar a la casa encontrándome con Andrea que me observa molesta y dolida por lo que acaba de suceder. - Lo siento – digo a lo que ella sonríe triste mientras sus ojos se llenan de lágrimas. - Es tu infierno ¿verdad? – pregunta con dolor a lo que yo asiento con la cabeza – un infierno increíblemente hermoso – sin más se da la vuelta entrando de nuevo a la casa y yo la sigo abrazándola por la cintura. - No significa nada – miento por que verla después de tanto tiempo me removió el mundo entero. Andrea se vuelve a verme molesta dándome una bofetada. - Repítelo hasta que te lo creas – responde ella alejándome – pero no me mienta