- ¿estas loca? – pregunta mi hermano molesto mientras yo observo la ciudad por la ventana del auto en movimiento. - Sabes perfectamente que él no me haría daño – respondo volviéndome a verlo mientras nos dirigimos a la bodega donde están llevando al atacante que dejaron con vida. - Pudiste iniciar una guerra – vuelve a decir molesto a lo que yo ruedo los ojos. - Pero no sucedió – respondo sintiendo que el auto se detiene a las afueras de la ciudad frente a un edificio abandonado. Rápidamente bajamos del auto al tiempo que los demás. Caminamos al interior reuniéndonos con los demás, me acerco a Santiago tomando su mano en señal de apoyo. En respuesta recibo un leve apretoncito y un leve asentimiento de cabeza. - Lo siento – dice en voz baja solo para que yo lo escuche a lo que yo en re