Răzvan Esa noche Bronia nos prepara un par de futones para dormir en el cuarto que pertenecía a Marek. Y una vez en el suelo, un suelo que es ligeramente cálido gracias a la calefacción que está instalada bajo él, Dante me dirige por primera vez la palabra con verdadero interés. Me sorprendo, pero es mejor responderle si no quiero otro de sus fuertes puñetazos en la cara. —¿Cuántos años tienes en realidad? Y no tu edad fisiológica. —Su pregunta es más una orden, pero no me molesta seguirla. —Calculo que unos ciento cincuenta y tres, para ser un poco exactos. —¿No lo sabes con certeza? —No, —Hay una pausa, pero siento que él desea saber más sobre mí—, solo sé que nací y crecí en una cueva gran parte de mi infancia. Con mi…Mi padre. —Te voy a decir algo, mocoso. —Técnicamente soy m