Vania Isabel —¡Hola! —Linette se asoma por la puerta de la cabaña. Sus rulos azabaches saltan atrayendo mi atención, pero me es imposible no perderme en sus ojos ambarinos. Son tan brillantes y de tonos dorados y amarillos que me hacen pensar en una alma viajera. —¡Linette! —me pongo en pie de un salto, dejando sobre la mesita de la sala el ejemplar de Hamlet que me dieron en el grupo de lectura—. ¿Cómo has estado? —mi hermano Carter esta justo detrás de ella, con aquella sonrisa embelesada y los ojos perdido en su novia. A sus espaldas, en el jardín, ya sentados en las mesas junto a papá y mamá, están los padres de Linette, el señor y la señora Darren. —Muy bien, Vani —al igual que Car, Linette opta por llamarme Vani—. ¿Qué tal tu primer año? Se refiere a mi primer año de preparato