Bella Apreté las sábanas cuando embistió. Enterré mi rostro en la almohada, ahogando los sonidos que querían escapar de mi boca. Mordió mi hombro sin compasión y se rio entre dientes. Él era tan cruel. — Ah — Gemí de dolor, pero a la vez lo disfruté. No es que lo quisiera, pero la pastilla que me dio tiempo atrás, me tenía mal. La precisión en mi bajo vientre fue incrementando a medida que sus movimientos tomaron crudeza y velocidad. Mis paredes se contrajeron a su alrededor, sacándole gruñidos y maldiciones. Salió de mi, y me giro de modo que estuviéramos cara a cara. Con sus manos sostuvo mis caderas y una vez más arremetió contra mi. Su intensa mirada sobre mi, me hizo tener un escalofrío por todo el cuerpo. Mis manos fueron a parar a sus brazos que aún seguían sobre mi