Bella Mire a mi alrededor para verificar que nadie estuviera observándome con la muy conocida mirada; morbosidad. Ya estando segura que nadie me vería, y con eso me refería a los hombres de papá, desate el nudo de mi bata de baño dejándola caer al suelo. Suspire de felicidad cuando el aire y el sol acariciaron mi piel. Me arroje a la piscina, sumergí mi cabeza por unos segundos divirtiéndome. Nunca hacía esto, por la razón de que mi padre no me dejaba venir a esta zona de la residencia, para él, que entrara a la piscina era un pase directo a mi muerte, por mi asma. Pero él no estaba ahora, así que... me divertiré un poco. —Buenas, señorita— El saludo de un hombre joven me hizo tensar y asustarme, gire a verlo.Era nuevo, nunca lo había visto por estos rumbos, a menos que papá lo haya