Cuando Geraldine vio entrar a Colton a su oficina, supo de inmediato que algo no andaba bien, él se veía diferente, su semblante estaba mas endurecido de lo habitual, eso fue una sorpresa, porque ella no creyó que él pudiera verse mas aterrador de lo que ya era, al parecer estaba equivocada, su oficina se puso helada y ella sintió un escalofrió, era sorprendente ver como Colton imponía de ese modo. —Colton, buenos días, no sabía que vendrías, estuve llamándote. —No tengo mi teléfono conmigo. —Ya veo, ¿Quieres algo de tomar?—preguntó Geraldine muy nerviosa, si Colton había venido, era por algo realmente importante. —No. —¿Y como dormiste?. —Bien. Geraldine se sobó las manos como una mosca y sonrió, él era demasiado intimidante, verlo a los ojos era algo imposible para ella, y él nu