Geraldine se mordía las uñas con impaciencia, caminaba de un lado a otro hasta que su madre entró y la miró con atención. —¿Y bien?. —Se lo di. —Eso es. —Pero la estúpida salió huyendo, y al parecer le habló a un amigo o novio, vinieron a buscarla. —¿Cómo?, ¿No tomaste las fotos?. —No, sabes que es lo peor, Colton estaba ahí, se fue con esa maldita. —¿Colton?, ¿Por qué él estaba ahí?. —No sé. —No importa, aunque la lleven al hospital, no sabrán que tiene, le darán un calmante y suero y para mañana, ya estará muert*a, así que no te preocupes. —¿Estas segura?—Preguntó Geraldine un poco angustiada. —Por supuesto, nunca sabrán que la cura es el s*x*o. Geraldine asintió y se frotó las manos, si, debía de confiar en las palabras de su madre. —Eso espero. …….. Mientras tanto. Colto