Marcus Muchas fueron las veces que llegaron a golpearme, muchos fueron los rechazos por mi apariencia y actitud, fui un solitario en la escuela que cada día se sentía en un pozo del cual pareciera no salir nunca hasta que llegaron ellos, el hombre de ojos grises quien me miraba con suma preocupación y pasó su vista al igual que yo a la puerta de mi habitación, pues ingresó un hombre de ojos azules con un aire más siniestro al que recordaba. Oz se sentó al borde de mi cama y levantó mi golpeado rostro con cuidado, lo conozco desde los catorce años y hoy día puedo reconocer a la perfección el odio y la ira que emana en su mirar, aunque solo un par de veces llegó a hacerlo por mí, cuando los abusivos de la escuela me golpearon el día que nos conocimos y un par de ocasiones después a esa en

