A la mañana siguiente me levanté con los rayos del sol en mi cara, sentía un poco de dolor en la espalda y fue cuando caí en cuenta que había dormido en el sofá de la sala, había dos botellas de Jack en la mesa de centro y la cajetilla de cigarrillos. No sé en qué momento me quedé dormido aquí, pero el dolor de cabeza era fatal, aunque sé que no era por el alcohol sino por toda esta situación. Paso mi mano en la cara tratando de despertar un poco más y me doy cuenta que tengo una cobija sobre mí, es raro, entre los recuerdos que tengo no había ninguna cobija anoche conmigo ¿Acaso ella la colocó cuando me dormí? Me acomodo para levantarme, pero al apoyar mi mano derecha en el mueble un dolor se apodera de la palma y la levanto notando un vendaje. —¿Pero qué diablos? —murmuré. —Anoche beb