Livi
Estos meses en Suiza me han ayudado bastante en muchos aspectos ya que no solo mejoré mi ánimo, sino que también aprendí muchas cosas cada día que me hicieron crecer como persona y todo gracias a que mi abuelo estuvo al pie del cañón conmigo desde antes de venir, sin embargo, ha llegado enero y con ello el momento de volver a Estados Unidos, una noticia que no le había comentado a nadie al querer darme mi tiempo para sanar la herida lo mejor posible y, por tal motivo, aproveché la hora del desayuno para hablar con mi familia respecto a las decisiones que había tomado, especialmente ahora que no contaba con tanto tiempo junto a ellos.
—¿Nos dirás que conseguiste un pretendiente?
—No
—¿Dos?
—No
—¿Tres?
—¡No!
—Me encanta por dónde va esto, sin duda aprendiste bien de mí, nena.
—
