Dominic. Termino de acomodar la corbata pero por más que me esfuerce no queda, mi madre me ve con ternura, ella sabe que hoy es mi día especial, sabe que a partir de hoy seré más felíz que hace unos meses. —Ella es especial. –señala. -Lo es mamá. -Si la amas déjala ir. Sonrío a medias. A veces me da tristeza que mi madre solo diga ciertas palabras y esa frase me la lleva repitiendo desde que conoció a Eva. Tomo las llaves del auto y bajamos hasta la calle, la ayudo a subir y nos dirigimos a la iglesia, debo confesar que anoche no dormí, pensando en idioteces, ¿Y si Eva no llegaba? ¿Y si decía que no? Solo esperaba que todo salier bien, por el bien de todos. Cuando llego a la iglesia le pido al chófer que lleve a mi madre junto con Mag, tomo el teléfono y me debato entre llamar o