El corazón de Viola se contrajo al escuchar la noticia, la princesa Rosa siempre fue una visitante ocasional a la que miraba de reojo sin prestarle demasiada atención y siempre que la recordaba tenía una sonrisa en los labios, pero escuchar de su muerte se sintió irreal, como una mala broma, en cualquier momento vería la sonrisa curveada en el rostro de Liluina y le dirían que todo es mentira y que la princesa se encontraba a salvo. No era así. La princesa Rosa María Delecia, hija del emperador de Krita y concubina de Andrés estaba muerta, entre más rápido lo aceptara, mejor podría actuar – tenemos que enviar una embajada a Krita, y explicarle al emperador lo sucedido, se supone que ella vino al castillo para ser protegida. – Viola – la interrumpió Liluina. – Hay mucho en riesgo, llama

