Suspiro conduciendo a mi hogar sintiéndome mal muy mal recordando lo que paso hace unas horas en el restaurante con Andrei y mi esposo Cian. Es que fue mi culpa, soy una idiota por haber aceptado el almuerzo con Andrei, cuando se que mi esposo y el se odian a muerte ¿En qué estaba pensando? No, mejor dicho ¿Por que no estaba pensando? Hace un mes que Andrei vino a New York por negocios estropeando la estabilidad y paz mental de Cian pero eso no fue nada cuando después decidió quedarse a vivir acá en New York por un tiempo, no se sabe el porque, yo lo conocí en una gala, con mi esposo, estaba sola cuando choque con ese hombre ojos fríos e inexpresivos, quien me observó de pies a cabeza verificando estuviera bien, haciéndome sentir una corrientes eléctrica que erizo mi piel y luego pasar d