POV ANDREA
Tomo una profunda respiración, tratando de mantener mis emociones a raya. Verguenza le debería dar el solo acercarse aqui.
Veo a Serguéi apoyado contra la pared, brazos cruzados, esa sonrisa apenas insinuada que nunca me ha gustado, pero que ahora estoy segura de que a Cam tendría dando saltitos en su cabeza.
—¿Hoy el perro guardián eres tú? —le suelto, con la misma amabilidad con la que escupiría veneno.
Él inclina la cabeza, estudiándome como si quisiera adivinar cuánto de mi frase es broma y cuánto es verdad y se aleja de la pared, levantando sus manos en señal de rendición.
—No me culpes, tampoco quiero estar aquí —habla con molestia— ¿A dónde vas? —pregunta directo.
No le respondo. Simplemente avanzo por el pasillo y bajo las escaleras, pero por supuesto, él me sigue
