Zoé.
Subimos al auto, pero yo no puedo ir, sé que me llamaran traidora, pero no puedo dejar a mi Isaac. Su rostro triste, lo amo tanto.
—¡Espera! Yo no voy, amo a mi Isaac y no lo voy a dejar, diviértanse todas.
—Que bueno que lo dices, hija. Yo no puedo dejar a tu padre, pensé que sería la única en irme y correr a sus brazos.
—¡Está bien, yo también quiero regresar! Extraño a mi Malcon, no me importa, me gusta ser dominado.
—¡Maldición! Yo no puedo regresar por nadie, estoy tan sola —dice Daya.
Bajo del auto, entro a casa y subo para buscar a mi esposo. Escucho el agua del baño. Veo ropa sobre la cama, ¿ellos saldrán a divertirse? Entro al baño y veo a Isaac desnudo, esto es muy malo para mí, y mis hormonas.
Entro al baño y lo abrazo por la espalda.
—¡Zoé, mi amor! ¿Paso algo? Te
