Zoé. —Isaac, ¿cómo nos llevaremos las cosas? Vendremos mañana por ellas. —No te preocupes, mi amor, tengo todo arreglado. ¡Señorita, todo lo que pida mi esposa quiero que me lo envíen mañana temprano! Las cunas y otras cosas que no podamos llevar en este momento. —Lo que usted diga, señor. —Zoé mi amor, llévate la ropa o lo que puedas o quieras, mañana nos enviaran lo demás. —Está bien, lo haré. No puedo creer que esto sea mío. —Por supuesto, es todo tuyo, mi amor. Haz lo que quieras con él. Lo abrazo y continuó comprando las cosas. Isaac se sienta y revisa su móvil, mientras yo le pido a la señorita de la tienda que ayude con la ropa que me llevaré. —Amiga, también nosotras podemos darnos un gusto, vamos a ver ropa, ¿puedo llevarme un vestido? —Está bien, vamos. Puedes llev