Mía Corro hacia la puerta y la golpeo con el puño cerrado. No puedo creer que vuelva a ser el mismo cavernícola que antes, creía que había empezado a respetarme, pero no, Marcus solo sabe imponerse y obligar a los demás a que hagan lo que él quiere. - ¡MARCUS! ¡ÁBREME! - grito sin dejar de golpearla - ¿¡NO ME ESCUCHAS!? ¡ABRE LA PUERTA! Se va a enterar de lo que es bueno. No pienso permitir que me encierre. Entro al baño y abro un cajón, rebusco dentro hasta que encuentro una horquilla. Vuelvo a la puerta de la habitación. Abro la horquilla completamente y la introduzco en la cerradura. Voy haciendo movimientos hasta que escucho el click característico, entonces la giro y ¡magia! Abro la puerta sin problema. Bajo las escaleras dando grandes zancadas. Pocas veces he estado realment