Seguimos caminando, había pétalos de rosas por la arena. Llegamos a la mesa me ayudó con la silla, me senté cuidadosamente, le dediqué una sonrisa coqueta a mi ahora prometido, él me la devolvió al instante. Me sorprendí al ver a Aarón, luego entendí que fue su cómplice y le ayudó a planear todo esto, que me encanta. Aarón nos sirvió un poco de vino blanco, se retira dejando la botella, visualizo a mi amorcito bello y me rio. —Me encantó mi amor, gracias —expresé con dulzura. Martín me dedicó una amorosa sonrisa, agarró mis manos y las beso. Estuvimos en silencio, no fue incomodo, nos veíamos con cariño, con todo el amor que sentimos el uno para el otro. Un rato después aparecen Aarón y Paulina, le solté una amigable sonrisa a Pau que me devolvió de la misma forma, traían platillos d