Aysel Tres días habían pasado desde el dichoso encuentro y una pequeña parte de mi se asusto con la idea de que Cedric haya cambiado de opinión, de que ya no insistiera en buscarme. Parecía algo irreal, estarme preocupando por la decisión de mi compañero, compañero que esperaba no encontrar. También estaba la parte que se sentía tranquila con ello, con la idea de que nadie supiera el lazo que nos unía. Mi hermana me mataría, me devolvería a la manada y no permitiría que vuelva a la ciudad, por más intentos que hiciera. A veces no comprendía, como podíamos ser hermanas al ser tan diferentes. Ella era puro optimismo y sumisión a su destino, mientras yo, me aferraba a dar batalla a cada cosa que se presentará frente a mi. Habían ocasiones en las que me gustaría ser como ella, dejar de